CONTRA LA MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA.
Hoy, 6 de febrero es el día internacional contra la mutilación genital femenina, o ablación.
Esta práctica, realizada normalmente entre los 4 y los 14 años, consiste en la mutilación total o parcial de los genitales externos femeninos, cortando, arrancando o cosiendo los labios menores, mayores, el clítoris, el orificio vaginal y en algunos casos los pezones. Por supuesto esto no se realiza con ningún tipo de anestesia, ni con unas condiciones mínimas de higiene.
Se realiza principalmente en países africanos y también en Omán, Emiratos Árabes y Yemen. En menor medida se practica también en la India, Indonesia, Malasia, Pakistán e Irak. Debido a la inmigración procedente de estos países, las cifras aumentan en Europa, Australia, Canadá y los Estados Unidos. Se calcula que unos 140 millones de mujeres y niñas sufren esta violación de sus derechos.
Los motivos por los cuales se lleva a cabo la ablación femenina responden a la desigualdad entre sexos y a la discriminación de la mujer por el hecho de ser mujer. En ningún caso responden a motivos terapéuticos.
La ablación supone atentar contra la salud, la seguridad e incluso la vida de estas niñas, ya que en muchos casos acaba produciendo la muerte, además de todas las infecciones y enfermedades tanto físicas como psíquicas que esta práctica conlleva.
Parten de creencias que consideran que un comportamiento sexual adecuado está relacionado a la virginidad prematimonial y la fidelidad matrimonial de la mujer. De esta manera, se consigue que la mujer se resista a los actos sexuales ‘ilícitos’, quedando su sexualidad al servicio únicamente del hombre (el cual la fuerza a mantener relaciones sexuales) y de su capacidad para dar a luz.
Se considera además que los genitales de las mujeres son sucios y antiestéticos, haciendo de la mujer un ser impuro.
La mutilación femenina se lleva a cabo como un rito de integración social y como tradición cultural. La mujer a la que no se le hace la ablación, no se casa, lo que conlleva la expulsión de su aldea. Estos argumentos se utilizan para mantener esta práctica, de hecho, líderes religiosos y comunitarios e incluso personal médico contribuyen a que la ablación se mantenga. Además es un «servicio» muy remunerado económicamente y muy valorado.
Otro argumento que se utiliza para sostener esta práctica es el religioso, a pesar de que ninguna religión justifica su realización. Aún así, muchas de las personas que llevan a cabo esta práctica piensan que tiene un respaldo religioso.
No es un hecho aislado, parte de una realidad en la que las mujeres quedamos relegadas a un segundo plano, en la que se nos arrebata el control de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, poniéndolos al servicio de este sistema patriarcal.
La práctica de la ablación es un claro ejemplo de cómo la dominación patriarcal y el capitalismo oprimen, callan, controlan y matan día tras día.
Además hay que sumarle que se trata de sociedades las cuales son inundadas por la miseria y el imperialismo. Sociedades que se encuentran bajo el control de multinacionales europeas y norteamericanas, las cuales ejercen una explotación que impide a estos pueblos avanzar y tomar conciencia de las cadenas que día tras día les
condena.
Como dice Nawal al Saadawi (pensadora y escritora egipcia): «En un sistema patriarcal y capitalista tan injusto se dan estos fenómenos. Mutilación del cuerpo y la mente. No es solo mutilar el clítoris, también la mente.»
NO A LA ABLACIÓN.
¡CONTRA EL PATRIARCADO Y CAPITAL, FEMINISMO DE CLASE Y COMBATIVO!
Brigada 13 de noviembre 
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